martes, 9 de noviembre de 2010

APRENDE A BESAR AL ESTILO FRANCES

EL BESO FRANCES


Beso apasionado

El beso “francés”, “profundo” o “con lengua”, no consiste simplemente en juntar las puntas de las lenguas cuando se besan los labios del otro. Pero tampoco consiste en disparar la lengua (como hacía la criatura de Alien, el 8º pasajero) hasta alcanzar las profundidades más ocultas de su garganta.

Si los besos en los labios resultan tan estimulantes es por su riqueza en terminaciones nerviosas. Le sucede lo mismo a la mucosa bucal. A pesar de eso, la actitud de los que se besan es importante a la hora de determinar el sentido que deben tener las sensaciones que perciben. Porque un beso en la boca puede ser físicamente muy excitante o completamente indiferente.

Dos personas convenientemente motivadas son capaces de sentirse estimuladas con el simple contacto de sus labios. Si a eso se añade cierto juego con el borde de los labios, acoplándolos entre los del otro y percibiendo su calor y su humedad, el resultado puede ser muy excitante. De hecho, durante el beso, los labios se hinchan cuando los amantes actúan de esa manera; es su reacción ante la pasión.

A veces, las cosas se quedan ahí. Pero en otras ocasiones se va más allá y entra en juego la lengua. Con los dos cuerpos habitualmente fundidos en un abrazo, la lengua del que besa busca paso entre los dientes de quien es besado. Éste abre la boca para recibirla. Quien besa, utiliza el extremo y los bordes de su lengua para explorar y acariciar con ellos los de la lengua del otro, o debajo de la misma.

El receptor se deja hacer o participa activamente entrelazando su lengua con la del que besa. En algún momento, éste abandona ese juego y busca acariciar el borde interno de las encías del otro, sobre todo la superior; y también acaricia la parte anterior del paladar o cielo de la boca. Con suavidad.

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